October 1, 1928

Afirmación

Publicación Anarquista

Buenos Aires — Rep. Argentina -

No deseo llevar la convicción, sino despertar la duda. Me complace que vuestro intelecto siga funcionando después del mío, aunque sea contra el mío. — R. Barrett

Quisicosas

Del Sindicato

Cierto día que presenciaba un una reunión de comisión de un sindicato, dióse lectura de una acta en la que una institución similar de España "recomendaba" a un Fulano de Tal que se había ido con doscientas pesetas de la tesorería. La recomendación equivalía a una persecución en toda regla para negarle hasta el sacrosanto derecho a la vida.

Primo de Rivera, por tan poca cosa, no perseguirá hasta más allá de sus fronteras al que estafó tan pequeño caudal.

En el último número de "Bandera Proletaria" y creo, si mal no recuerdo, en última página, hay inserto un aviso que más o menos reza así:

"Fulano de Tal y Mengano de Cual han llegado a esta cantera sin pase, pídese mandar antecedentes a los que los conozcan. Dirección: Sindicato Tal, etc., etc."

Los burgueses para los cuales esos Fulano y Mengano hayan de trabajar, no se preocuparán tanto como los obreros organizados por conocer las cualidades de sus explotados, bastándoles que sean hombres aptos para el duro trabajo en la piedra. El sindicato, si a un quidan cualquiera se le ocurre hacer una denuncia sobre reales o ficticias inmoralidades de esos hombres, los enjuiciará y les prohibirá trabajar. El principio de propiedad que dice combatir el sindicato, lo asienta en su entraña tan fuerte y ferozmente, constituyéndose en su monopolizador, que niega todo principio de libertad y erige en doctrina de justicia lo que es sencillamente una iniquidad. Y así continúa la noria dando vueltas, bajando, en sin fin cordón, los cangilones del sindicalismo a sacar el agua fresca del pozo del privilegio.

Una pequeña república sudamericana, Uruguay, permite llegar a su territorio a los hombres de todas las latitudes sin exigirles pases, carnets, documentos de ninguna clase. Los pequeñod estados proletarios que constituyen los sindicatos uruguayos son, propio gobierno que los tiraniza, puesto que éstos siguen pidiendo recomendaciones, exigiendo pases, haciendo que los que llegan a llamar a sus puertas presenten carnets o documentos.

¿Hasta cuándo seguiremos mintiendo libertad?

Hermanos "chorros"

Sois vosotros, hermanos "chorros", los que pobláis el inmundo cuadro quinto del Departamento central de Policía, como nosotros, las víctimas de esta sociedad corruptora y desgraciada. Os odia y os teme la burguesía, porque ya no sabe dónde esconder sus tesoros sin que vuestra actividad constante los descubra.

Sois la pesadilla eterna, vosotros, ladrones proletarios, de los terribles ladrones que empobrecen a los pueblos. Y también la burguesía nos teme y nos odia a nosotros, anarquistas, porque perturbamos su sueño y su tranquilidad, al querer arrebatarle el producto de sus rapiñas, rapiñas que constituyen vuestras hambres y nuestras eternas vigilias. Es que vosotros y nosotros nos consideramos con derecho a usufructuar la riqueza que ellos dilapidan, y que primeramente robaron a nuestros padres o abuelos.

Si no nos uniese lo suficiente el vínculo del ansia expropiadora, nos estrechan fuertemente, en un abrazo de hermanos, las fatigas, miserias y torturas que anarquistas y ladrones sufrimos en las ergástulas. El mismo suelo nos sirve de cama, el mismo hediondo rancho acalla nuestra hambre, la misma bocaza de monstruo nos insulta y la misma culata del fusil nos hiere. Y, ahí, en el sufrimiento está la hermandaad [sic]; ahí, en ese inmundo antro, se practica la solidaridad; ahí, sobre todo, deben demostrar los anarquistas su hombría, su coraje, su bondad y su desinterés.

Hay por esos campos de dios algunos hombres organizados que prefieren ir a otros cuadros distinguidos: con los ladrones dorados que acaban de robar los ministerios, la casa de Gobierno y las arcas policiales o con caftens [sic] depravados que huelen a almizcle. Allá ellos. Nosotros no pediremos nada a la policía, no pediremos merced a nadie. Seguiremos entrando con vosotros en ese cuadro quinto, seguiremos sembrando entre todos la rebelión, porque juntos, vosotros y nosotros, únicos pobladores de ese antro, seremos los que levantaremos la protesta para que ahí no se encierre a nadie, negándonos un día a entrar en él. Y esto para bien de todos y no sólo para los que puedan tener influencias en las esferas del gobierno. Y es que, hermanos "chorros", los anarquistas preferimos abrazarnos juntos para que nuestros cuerpos entren en calor, antes que pedir un favor a un policía; es que consideramos principio fundamental de moral y de justicia el "no querer para nosotros lo que no deseamos para los demás"; es que ese cuadro quinto no debe cerrarse para los "organizados", sino para todos; es que no ama la libertad el que no practica la igualdad. Los que piden un privilegio odioso no son... en fin... vuestros hermanos. Nosotros sí, hermanos chorros del enmadro quinto.

Los incompletos

Aquellos que, al nacer, emprendieron el camino de la vida sin querían su mochila de viaje la madre les pusiera un poco de abnegación, de desinterés, ce espíritu de sacrincio, no parándose ya mayores, a recapacitar sobre su desmesurado egoísmo que sin freno creció, están perdidos, llámense como se llamen y milites en la derecha o en la extrema izquierda, para las más bellas acciones solidarias, para las más hermosas luchas por la libertad y la justicia, sirviendo sólo de lastre, de eso muerto, de entorpecimiento, de barrera obstaculizadora para los hombres entre los cuales actúan, viven y se desarrollan. Son los incompletos.

Fáltales el más hermoso sentimiento humano: el amor. Y, como con exceso, en

(Cont)