cientes, que para el cálculo de sus valores respectivos, asigna Marx a los segundos.
No hay quien comprenda esos coeficientes.
Pero tampoco los marxistas consiguen explicarlos.
No. El valor del "hombre ordinario" y del "especializado" — que es así como los distingue y los separa Marx -son socialmente equivalentes. Como son equivalentes — "per se" y no en base a su calidad o al tiempo y a la naturaleza del esfuerzo que requieren — los productos.
Además, es sabido que el privilegio de las "especialidades" es tanto más absurdo, ya en el presente — y Marx hable de ellas especulando sobre un futuro que ha de negar las injusticias y las aberraciones hoy en vigencia &mdasah;, cuanto que son innumerables las actividades aplicadas a la producción que no las requieren.
Y si resulta monstruoso que actualmente sirvan de punto de apoyo a las jerarquías de tipo social entre los trabajadores, no se concibe que haya quien trate de cohonestarlas en nombre del socialismo.
Concretando más claramente el concepto del valor
El trabajo no puede ser valorizado de acuerdo con su "calidad" tal y como se la entiende en el sistema capitalista.
Socializada toda la riqueza, ese concepto falso queda retirado automáticamente de la circulación.
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